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© Família de António Aniceto Monteiro
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El contrato original por cuatro años con la Universidad en Rio de Janeiro no le fue renovado, por lo que Monteiro decide aceptar una posición en la Universidad Nacional de Cuyo, en la ciudad de San Juan, Argentina, adonde llega a fines de 1949.
San Juan había sido desvastada por un terremoto unos pocos años antes, y a la llegada de Monteiro con su esposa y sus dos hijos, aún no estaba totalmente reconstruida. Otra vez se dedica intensamente al desarrollo de la matemática. Aparte de sus importantes investigaciones sobre las propiedades aritméticas de los espacios topológicos y de la modernización del curso de Análisis Matemático que dictaba, transmitió su entusiasmo al rector de la Universidad para la creación de un Departamento de Investigaciones Científicas, DIC, destinado a la investigación y a la formación de investigadores en las ciencias básicas. Esta especie de “escuela de graduados” fue una idea innovadora en la estructura de las universidades argentinas de la época. En el Instituto de Matemática del DIC se formaron varios destacados matemáticos argentinos. También fundó la Revista Matemática Cuyana donde aparecieron publicados los importantes trabajos de Cotlar sobre transformada de Hilbert y teoría ergódica. Estando en la Universidad de Princeton a comienzo de los 70, y al saber la bibliotecaria que yo era argentino, me dijo que estaba preocupada porque tenían sólo dos volúmenes de esa revista, y que sus pedidos a lo largo de los años a la Universidad de Cuyo para continuar la colección habían sido infructuosos. Se quedó muy sorprendida cuando le respondí que tenían la colección completa. Efectivamente, los avatares políticos de la Argentina llevaron a la disolución del DIC en 1957, y a la suspensión de la publicación de la revista. Mischa Cotlar, que fue director del Instituto de Matemática, cuenta en una entrevista reproducida en esta fotobiografía, la breve historia del DIC y la decisiva influencia de Monteiro en su creación.
San Juan había sido desvastada por un terremoto unos pocos años antes, y a la llegada de Monteiro con su esposa y sus dos hijos, aún no estaba totalmente reconstruida. Otra vez se dedica intensamente al desarrollo de la matemática. Aparte de sus importantes investigaciones sobre las propiedades aritméticas de los espacios topológicos y de la modernización del curso de Análisis Matemático que dictaba, transmitió su entusiasmo al rector de la Universidad para la creación de un Departamento de Investigaciones Científicas, DIC, destinado a la investigación y a la formación de investigadores en las ciencias básicas. Esta especie de “escuela de graduados” fue una idea innovadora en la estructura de las universidades argentinas de la época. En el Instituto de Matemática del DIC se formaron varios destacados matemáticos argentinos. También fundó la Revista Matemática Cuyana donde aparecieron publicados los importantes trabajos de Cotlar sobre transformada de Hilbert y teoría ergódica. Estando en la Universidad de Princeton a comienzo de los 70, y al saber la bibliotecaria que yo era argentino, me dijo que estaba preocupada porque tenían sólo dos volúmenes de esa revista, y que sus pedidos a lo largo de los años a la Universidad de Cuyo para continuar la colección habían sido infructuosos. Se quedó muy sorprendida cuando le respondí que tenían la colección completa. Efectivamente, los avatares políticos de la Argentina llevaron a la disolución del DIC en 1957, y a la suspensión de la publicación de la revista. Mischa Cotlar, que fue director del Instituto de Matemática, cuenta en una entrevista reproducida en esta fotobiografía, la breve historia del DIC y la decisiva influencia de Monteiro en su creación.
[De] Roberto Cognoli: (do Prefacio a) António Aniceto Monteiro - uma fotobiografia a várias vozes, una fotobiografía a varias voces.
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